Como una guitarra, pedías a gritos que te abarcara el cuerpo entre mis brazos. Siempre te gustó atrapar nuestra historia entre tus cuerdas para que yo la manejara con mis dedos. Y ahora me pregunto, ¿cuánto tiempo he perdido sólo por no dejarte sola en un rincón?, ¿cuánto tiempo has perdido tú poniéndole música a mi triste vida?
Como una guitarra, afiné todas tus cuerdas y cuando creía haber acabado, se rompió una de ellas. Fina y débil, no soportaste el giro de las clavijas. Y duele, si al soltarse te atiza, ya ves q si duele.
No hay comentarios:
Publicar un comentario