Paren el mundo que yo me bajo aquí

28 abr 2011

Es de risa

Como una guitarra, pedías a gritos que te abarcara el cuerpo entre mis brazos. Siempre te gustó atrapar nuestra historia entre tus cuerdas para que yo la manejara con mis dedos. Y ahora me pregunto, ¿cuánto tiempo he perdido sólo por no dejarte sola en un rincón?, ¿cuánto tiempo has perdido tú poniéndole música a mi triste vida?
Como una guitarra, afiné todas tus cuerdas y cuando creía haber acabado, se rompió una de ellas. Fina y débil, no soportaste el giro de las clavijas. Y duele, si al soltarse te atiza, ya ves q si duele.

10 feb 2010

Juega conmigo

Ten paciencia, éste juego durará toda la vida. Cierra los ojos y confía en mí, prometo que no te dolerá. Guarda mis manos entre las tuyas y describe ese sitio donde querrías perderte conmigo. Visualiza otro en el que hayamos estado. Abre los ojos sin miedo, que aunque el lugar desaparezca yo sigo aquí. Vuelve a cerrarlos y abrázame, deja que nuestros corazones se cuenten secretos mientras tu susurras en mi oido otros tantos que guardas y que yo nunca escuché. Ahora te da miedo abrirlos por si me ganas con tu sonrisa. No quieres soltarme por si te gano con la mirada. Hazlo, confía en mí, te prometi que éste juego durará toda la vida.
Separa nuestros cuerpos, mírame y sonríe. Adivina lo que estoy pensando. Deja que cierre tus ojos suavemente con mis dedos, deja que ponga mi cara entre tus manos. Tu piensa, pero déjame que sea yo ahora quien adivine lo que harás cuando los abras.

3 feb 2010

En cada paso

Cualquier palabra tuya (sea cual sea) constituye, en éste órgano que sólo con tocarlo por encima sentimos latir, su propio hogar hasta que éste muere. Cualquier detalle absurdo que amenaze con parecerse a los miles que tuviste conmigo alguna vez, son los culpables de que mi cerebro mande mensajes de alerta con tu nombre escrito en la información de cada neurona. Hay sonidos raros que pasan desapercibidos entre la gente, sin embargo, consiguen mover cada músculo de mi cara porque se que justo en ese instante tu también reirías conmigo. Doy pasos siguiendo flechas, y en el suelo dejo pisadas ingenuas con la esperanza de que seas tú quien las sigas para llegar conmigo al mismo destino...

Y es que aún sigo intentando percibir por alguno de mis cinco sentidos algo no hayas escondido tú en alguna parte de mí, que todavía no he logrado borrar, y que tal vez me acompañen para siempre.